martes, 26 de mayo de 2009

incertidumbre yuppie


La incertidumbre ‘yuppie’


Los carros lujosos fueron reemplazados por las inversiones en estudio y tecnología

Minutos antes de las 8:00 a.m. Fabián* se da el último vistazo en el espejo de su casa antes de salir a trabajar. Viste una camisa azul o blanca, algunas veces rosada, pero nunca negra. Acaricia el cuello de su blusa y lo desarruga. Luego se ajusta la corbata que, preferiblemente, es de figuras y colores llamativos. Se palpa los bolsillos para cerciorarse de que lleva consigo el Blackberry y el iPod, infaltables los dos. Sale en su carro hacia la oficina. Llega a las 8:30 a.m., reúne a todos los corredores que trabajan con él en un pequeño salón y les expone cómo amaneció el dólar y qué porcentajes subieron las bolsas de las principales capitales del mundo.
Fabián tiene 30 años y hace siete trabaja en una compañía de corredores de bolsa. Es un yuppie, como dirían los neoyorquinos de los años ochenta que se inventaron el término para referirse a los Young Urban Professionals, “jóvenes profesionales en ascenso”. Es un yuppie de la nueva generación, como ellos mismos suelen decir para diferenciarse de los corredores de veinte años atrás que eran sólo carros, mujeres y whisky.
¿Cómo vestirse?
El 20% de su salario en un año está destinado a comprar trajes elegantes, cuenta Fabián sin ningún dejo de vanidad. “La ropa es una inversión importante, porque uno está expuesto a sus clientes. Yo, cuando viajo al exterior, compro vestidos costosos porque sé que es una inversión a largo plazo”. También son importantes las corbatas, explica él, quien además las tiene como un objeto de colección. Una de las más valiosas que hay en su clóset es una Salvatore Ferragamo que compró en algún viaje por US$150.
Betto Hurtado, asesor de imagen de políticos como la ex senadora Claudia Blum, dice que los yuppies —los clásicos y los de la nueva generación—, “siempre van a estar dos pasos más adelante que cualquier ejecutivo en todo lo que tenga que ver con lujos y moda”. Y por estos días, asegura, los colores que están marcando la tendencia en las camisas son los azules, los morados y los grises. Algunos yuppies más arriesgados usan zapatos de charol, sandalias masculinas tipo romano, botines puntiagudos y pantalones botatubo


Las mujeres están vistiendo faldas vaporosas sobre la rodilla, estilo Coco Chanel. Camila*, corredora de 23 años, prefiere utilizar sólo pantalones y paga por ellos, en promedio, unos US$70 a través de internet. Casi toda su ropa la compra en tiendas online.
¿En qué invertir?
En una compañía cercana a la de Fabián y Camila —ubicada también en la Avenida Chile, el corazón financiero del país— trabaja Carlos*: 27 años y cinco de experiencia como corredor. Él también prefiere el azul y el blanco para las camisas. Su dinero lo invierte básicamente en tres cosas: estudio, buena comida y tecnología. Su última adquisición fue un reloj que mide la temperatura, la presión atmosférica, la velocidad vertical y el ritmo cardíaco. “En eso no me duele gastarme la plata. Ni en un iPod, ni en un Play Station, ni en un reproductor para el carro. En cambio no soy de los que se muere por tener un Mercedes o un Audi. Una cosa es darse lujos y otra querer mostrarse. Eso es lo que odio del yuppie del pasado, que no es una persona sincera, que sólo quiere mantener una imagen”.
La crisis económica mundial, que también se ha sentido en Colombia, quizás ha sido una razón para moldear el perfil de los jóvenes corredores. Ya no se ve el derroche y las excentricidades de unos años atrás. La nueva generación es consciente de que se avecinan tiempos más difíciles, tiempos que distan de los carros, las mujeres y el whisky de los yuppies de antaño.

el trabajo para las generaciones


Cada generación tiene su propia percepción del trabajo y los negocios

Los Baby Boomers tuvieron actitudes más complejas y cuestionaron las normas, pero, también muchos se convirtieron en adictos al trabajo y luego pasaron a llamarse yuppies.
Precisamente, uno de los legados de los Baby Boomers a los Milenios es que el trabajo puede ser divertido y el juego puede hacerlo más creativo. Al fin y al cabo, de ahí resulta la innovación, según Fernando Gastelbondo. Según una investigación encargada por Xerox a la consultora Forrester en España, sobre las tendencias en el lugar de trabajo, se encontró que una nueva generación de trabajadores nacidos a partir de 1980 está forzando un cambio en el entorno laboral. Aunque su influencia tiende a ser cada vez mayor en los negocios y, se supone, cambiarán el entorno de trabajo en la manera en la que los empleados reciben, acceden y procesan la información, este panorama aún es lejano porque son pocas las empresas que cuentan con las herramientas tecnológicas necesarias para que el futuro entorno de trabajo cambie.
El estudio reveló que mientras muchas empresas facilitan a sus trabajadores las herramientas básicas, como el uso ilimitado de la impresión de papel (61 por ciento), PC portátiles (35 por ciento) y teléfonos móviles (40 por ciento), sólo una minoría ofrece las últimas herramientas de trabajo como webcasts, blogs, videoconferencias o acceso remoto a Internet o al correo electrónico. Sin embargo, los estudios prevén que esta generación tendrá una gran influencia en áreas como consultoría y desarrollo de productos, procesos de negocio, gestión del conocimiento y en el intercambio de información. Baby BoomersNacidos entre 1946 y 1964. Son grandes compradores, consumidores compulsivos.Ahora se han convertido en padres liberados que tienen mucho dinero para gastar. -76 millones de personas. Generación XNacidos entre 1961 y 1981. Cínicos y expertos en medios. Una vez fueron rebeldes, pero ahora son una gran fuerza económica. Alienados, alternativos. Crecieron a la sombra de los Boomers.Generación YNacidos entre 1976 y 1981, son un subconjunto de la Generación X Inquietos, les gusta el estilo urbano, el baile con swing, la grandes bandas y la vida al aire libre. -Total de X y Y combinados: 81 millones de personas. La Generación del MilenioNacidos entre 1982 y 2002. Expertos en tecnología, de sociedades rica y muy educados. Bombardeados por los mensajes de los medios, se han acostumbrado al sexo y la violencia. -70 millones.Cómo lidiar con ellos en la oficina La investigación sobre la generación de los Milenios llegó a la conclusión de que, al interior de las empresas, ellos responden mejor si son foco de la atención de sus jefes, a quienes recomiendan: *Demostrarles que lo que ellos hacen contribuye a una gran misión y agrega valor a la compañía.*Su estilo de vida se alimenta de comunicación constante, por eso sus superiores deben estar en contacto permanente con ellos.*Hay que ser paciente con el iPod, los audífonos. *El trabajo puede enganchar, ser divertido y flexible, pero los Milenios quieren responsabilidad. Es una generación sin miedo que busca un salario alto y cambios constantemente. De ellos no hay que esperar que duren mucho en la empresa.*Como se enfocan en el intenso uso de la tecnología: si antes las herramientas eran el teléfono y las citas cara a cara, para ellos son importantes los mensajes de texto, el correo electrónico y los blogs.

nuevas tendencias del consumismo

Son los nacidos entre 1980 y el año 2000. Niños, adolescentes y jóvenes de la generación de Internet, incomprendidos no sólo por sus padres, sino por empresas que no acaban de dar con la fórmula para conquistar a estos nuevos líderes del mercado.

Los llamados “milennials” constituyen la gran esperanza de las compañías de consumo para sortear la crisis y afianzar un nuevo segmento a largo plazo. Sin embargo, su comportamiento, su cultura de grupo, sus hábitos de compra, sus actitudes y sus estilos de vida tienen algo despistados a los expertos en marketing, que no acaban de abrir un acceso directo a este valioso mercado.
Hijos de los “baby boomers” o de padres precoces de la “generación X”, los “milennials” poseen una característica absolutamente novedosa, que los hace distintos a cualquier otra generación: son clientes desde la más tierna infancia. Según diversos estudios, entre los cuatro y los doce años, estos niños han generado compras por valor de entre 10.000 y 30.000 dólares al año. Sin embargo, su poder consumista no se limita a su capacidad de gasto como individuo: influencia los hábitos de compra de la unidad familiar desde que tiene uso de razón. Lo que estos tiernos infantes y adolescentes señalan con el dedo en los radiales del hipermercado se transforma en axioma de consumo en numerosos hogares.Los “milennials” han vivido sobreexpuestos al marketing tradicional. Algunas fuentes llegan a cifrar en 40.000 los impactos publicitarios que han recibido estos jóvenes clientes en cada año de su corta vida. ¿Animales “marketinianos” moldeados por los anuncios? Más bien, todo lo contrario. Esta generación ha sufrido el bombardeo sin tregua de lo que suelo llamar “mal marketing”, por lo que su actitud respecto a determinadas marcas, y estrategias de comunicación es de recelo, cuando no de claro rechazo. Estas víctimas del acoso publicitario se han transformado, además, en el ejemplo más claro de lo que supone “criar cuervos”: se trata de una generación de consumidores especialmente promiscua y desleal. La actual sobreabundancia de marcas, productos y servicios, unida al poder de conocimiento, interacción y decisión que les brinda Internet ha transformado a los “milennials” en clientes exigentes e infieles. No significa que no sean “marquistas”, pues lo son, pero cambian fácilmente de icono.Junto a su elevado nivel de conocimientos tecnológicos y su peculiar perfil de comprador moldeado por la Red, estos niños y jóvenes destacan por su fuerte espíritu de grupo, su visión global del mundo y de la realidad, así como por su peculiar mundo de anhelos interiores, labrado a golpe de videojuegos y toda una cultura del audiovisual on y offline. De ahí que sean numerosas las marcas que están tratando de hacer incursiones en su mundo –foros, blogs, redes sociales, juegos en red…-, casi siempre con resultados bastante discretos, pues los “milennials” saben distinguir con increíble precisión qué lenguaje se les está hablando y con qué objeto. Son, pues, expertos en cazar a aquellas marcas que no sean realmente “cool” e innovadoras, sino que vayan de ello para atraparles, sabedores de que son una “pieza” aún no cazada por muchas enseñas.Grandes fans de la compra como experiencia, suelen premiar a aquellas compañías que saben ofrecer sensaciones diferentes, a ser posible diseñadas para ser disfrutadas en grupo, siempre que sean auténticas. Valoran a quienes se acerquen a ellos con propuestas sinceras, porque son una generación sin miedo a emprender. Internet les ha demostrado que es el terreno perfecto para iniciar aventuras empresariales sin correr grandes riesgos y con posibilidades de éxito; ha impulsado la cooperación y ha enseñado que las buenas ideas corren como la pólvora y generan dinero. De ahí que casi un 50% de los “milennials”, según encuestas recientes, declaren su vocación emprendedora y autónoma, se lancen a la aventura empresarial sin miedo, y se transformen en lo que la revista Vanity Fair ya denomina “enfantpreneurs”.

martes, 19 de mayo de 2009


Las mujeres puma se abren paso


Rondan los cuarenta, tienen dinero y buscan sexo sin compromiso con hombres más jovenesEl modelo a seguir es Samantha, la protagonista más promiscua de la serie de televisión «Sexo en Nueva en York».

Existe Samantha, la desinhibida y promiscua Samantha -Kim Cattrall- de la serie Sexo en Nueva York ? A juzgar por un número creciente de páginas web, libros y hasta bares de copas, no sólo existe, si no que la amiga más lanzada de Carry Bradshaw -Sarah Jessica Parker- es la abanderada de un nuevo tipo de mujer que destaca en la jungla neoyorquina y que se ha lanzado a la conquista de Europa. Samantha es el auténtico prototipo de urbancougar , -puma urbana- la expresión inglesa acuñada para definir a una fémina que ronda los cuarenta, es muy urbana, disfruta de una posición económica desahogada y busca encuentros sexuales con hombres más jóvenes que ella y con los que lo último que desea es comprometerse.
Samantha Jones es un personaje de ficción que constituye el súmmum de este nuevo tipo de mujer, honor que comparte con otras féminas igualmente irreales, pero que en los últimos tiempos se han convertido en auténticas referencias televisivas. Es el caso de dos de las protagonistas de Mujeres desesperadas -a las que dan vida Nicollette Sheridan y Eva Longoria, respectivamente-, que comparten algunos rasgos con la descocada Samantha, sobre todo en lo que a su capacidad para cazar hombres se refiere.
Prueba de que el fenómeno ha traspasado las pantallas -o quizás éstas lo que han hecho es reflejar una nueva tendencia presente ya en la sociedad- es el éxito de páginas como la agresiva www.urbancougar.com, creada en el año 2004 por dos mujeres y que cada mes visitan 40.000 personas. «Una mujer mayor tiene mucho que ofrecer a un hombre más joven -se justifica una de sus responsables, escondida bajo el nombre de Dinamita-. No tiene tantas inseguridades, sabe lo que quiere y no tiene miedo de pagar la cuenta».
Una visita a esta web sirve para constatar la vitalidad de un fenómeno que tiene su libro de cabecera - Guía para mujeres mayores que quieren ligarse a hombres jóvenes , de Valerie Gibson-; sus bares de referencia -Soho House y Bungalow 8, en Nueva York- y, desde hace poco, su película. Se trata de Secretos compartidos , estrenada el pasado mes de febrero, y en la que Uma Thurman da vida a una recién divorciada de 37 años que se embarca en un apasionado romance con un chico catorce años más joven. Puro espíritu cougar .
Los «toy boys»
Medios de comunicación tan serios como el periódico inglés The Independent intentan desde hace un tiempo desentrañar las claves del fenómeno de las mujeres puma, que se vincula con otro que atañe a los hombres, concretamente a los bautizados como toy boys -chicos juguete-. En esta categoría se incluyen los novios y maridos de mujeres como Demi Moore, Cameron Diaz o Mira Sorvino, mucho más jóvenes que sus famosas compañeras.
Con todo, el movimiento de las mujeres puma tiene sus señas de identidad propias. El citado The Independent se refería hace unos días a la empresa SpeedDater, recién creada en Londres con un singular objetivo: organizar veladas a las que asisten hombres de entre 25 y 35 años y mujeres de 35 a 50. «Los jóvenes de hoy en día han tenido madres más independientes, con lo que probablemente son más liberales y sensibles que los de la generación anterior», explicó al rotativo Ben Tisdall, socio de SpeedDater.
Como todo en la naturaleza, las mujeres puma están sujetas a clasificación -en la parte inferior se reseñan cuatro tipos-. Claro que urbancougar.com analiza también a sus «víctimas». La lista la encabeza «el señor de los anillos» -un «profesional» de las relaciones con las cougar , contra el que se advierte ruidosamente-, y la integran desde los camareros a los hermanos pequeños de las amigas -«no hay persona más susceptible a la seducción de una puma urbana que un hermano pequeño»-. La categoría más pintoresca, la del «jardinero latino»: «Muy bien documentado en cientos de teleseries -explica la web-, es particularmente popular entre las cougar de mediana edad, blancas y protestantes, que los consideran exóticos».

METROSEXUAL


EL METROSEXUAL


Un nuevo estilo de varón*
“El típico metrosexual es un joven con dinero para gastar, que vive en las metrópolis, donde están las mejores tiendas, clubs, gyms y las mejores peluquerías. Puede ser oficialmente gay, hetero o bisexual, pero esto no tendría tanta importancia porque se toma a sí mismo como su propio objeto de amor y placer. Son profesionales independientes, modelan, trabajan en los medios y las productoras o en la música pop y, ahora, también en los deportes, pero aman los productos de vanidad masculina…. “
—Mark Simpson, "Meet the metrosexual", Salon.com, July 22, 2002
Esa es la definición del "metrosexual" tal cual la encontré. La palabra "metrosexual" fue inventada en Inglaterra por Mark Simpson en 1994. Define al "nuevo hombre" del siglo XXI. Básicamente este nuevo varón es un "narcisista" que está "saliendo del closet". El metrosexual es un tipo con money, que vive en la metrópolis, que le gusta vestirse con ropa ruidosa, se pinta las uñas, se cuida la piel, usa cremas, se pinta el pelo. Puede ser homosexual, heterosexual o bisexual. Eso no interesa. Lo que interesa es que el tipo se "gusta" a sí mismo y lo importante es que no tiene miedo en hacerlo saber. En general se pasan mucho tiempo delante del espejo. Aunque está comenzando a salir del ropero ("closet").
Lo que ocurre aquí es que Mark Simpson inventó un nombre para definir algo que ha existido durante mucho tiempo pero que ahora se está haciendo más común. Hombres que no tienen vergüenza en pintarse las uñas o el pelo ni usar cremas para la cara ni vestirse usando ropa de colores que han sido tradicionalmente femeninas. A pesar de que esto todos sabemos ha existido siempre, de alguna manera ahora parece ser que muchos se sienten "liberados" de la imagen de "macho" que ha caracterizado al varón por siglos. Leí que este nuevo varón posiblemente está en contacto con su parte femenina y no tiene miedo en exteriorizarlo. El otro día cuando conecté con Internet, en la primera pantalla donde salen todas las noticias y comentarios había una pregunta que decía: Are you a Metrosexual?
Su máximo representante es el futbolista inglés David Beckham, quien pese a pintarse las uñas, teñirse el pelo -es hijo de una peluquera- y hasta posar para revistas gays, hace suspirar a las féminas de todo el planeta dejando en claro su masculinidad.
“Si bien algunos metrosexuales prefieren privarse de algunas tendencias por miedo a que los demás sospechen que son gays, como ir a la manicura o usar colores brillantes, otros se apropian conscientemente de la cultura gay como un recurso para diferenciarse del montón de hombres grises. El hecho de que haya otros hombres que cuestionen su sexualidad es, incluso, parte de un juego que les gusta jugar”, explica el “New York Times”.
Les gustan las mujeres, pero adoptan parte de la estética gay
Son aquellos a quienes decididamente les gustan las mujeres, pero, al mismo tiempo, son grandes consumidores de cosméticos, revistas de diseño y ropa de moda, características que a más de uno le hacen dudar de su orientación sexual. Y es ahí donde está una de las características más distintivas de estos “nuevos hombres”: a la mayoría les da exactamente lo mismo que piensen que son homosexuales. Un ejemplo: el futbolista David Beckham, quien se pinta las uñas, se hace trencitas en el pelo y posa para revistas gays, sin renunciar a su perfil heterosexual. Algunas características claras hasta el momento: usan jeans de marca, se interesan por el diseño de interiores, cocinan, hacen yoga. Tampoco le hacen asco a la cirugía estética, tienen buenos modales, distinguen una sábana de buena calidad de una que no lo es, saben qué está in y son sensibles.
Según los hallazgos de Euro RSCG, el objetivo de todos los afanes de los metrosexuales es, finalmente, seducir a las mujeres, “cosa que suelen lograr”.
El problema surge para los gays, sostiene el diario y cita al actor homosexual Peter Paige, de la serie “Queer as Folk”, quien se queja de que cada vez es más difícil distinguir entre heterosexuales y homosexuales. Sólo lo consuela que los metrosexuales no son violentos y recalca que “antes, cuando te confundías y le decías gay a alguien hetero, eras candidato seguro a un puñete. Ahora te dicen: sorry, soy heterosexual, pero gracias por el piropo”.
*Albert Constan, Los Angeles, USA, 2003

Nota del Dr. Sapetti: Albert (antes Alberto), nació en Bs. As y luego se radicó en USA; ahora vive en Garden Grove (California) desde donde nos envía siempre aportes novedosos tanto para nuestro programa de radio
“El jardín de las delicias” como para sexovida.com; además Alberto es un amigo de la infancia que perdura a través de la distancia y el tiempo. A él le caben los versos de ese grande de la poesía y la música de Brasil (que nos envió otro amigo, Luis Flores):


miércoles, 6 de mayo de 2009

nuevas generaciones

NUEVAS GENERACIONES DE CONSUMIDORES

En la época de nuestros padres y abuelos los consumidores se dividían en niños, adolescentes y adultos, pero actualmente esta situación ha cambiando, tanto que las tiendas comerciales tienen serios problemas al llevar a cabo la selección de productos, ya que los adultos buscan juegos y los niños tecnología para adultos o mujeres que buscan la tecnología, mientras que los hombres deciden entre cremas para las arrugas o para el acné.

Según datos que arroja la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), acerca de una investigación realizada para conocer las nuevas generaciones de consumidores, en donde podemos encontrar once clasificaciones como las siguientes:


Tweens
Niños de 8 a 12 años, aspiran a ser adolescentes y disfrutar del ocio sin la vigilancia de los padres.
Adultescente
Una nueva generación de adultos que se niega a crecer pero que tiene independencia económica.
Senior de oro
El jubilado que vive una segunda adolescencia, intentan disfrutar lo que no pudieron disfrutar cuando jóvenes.
Metrosexual
Para identificar al hombre que dedica mucho tiempo a cuidar su físico.
Retrosexual
Este término se utiliza para quien sigue el patrón de un hombre "de los de antes" pero actualizado, cuida su imagen, pero sin exagerar
Mujer Alfa
Mujer independiente económicamente o que gana más que su pareja, toma las principales decisiones y ejerce roles masculinos.
Dink (Double Income No Kids)
Parejas sin hijos y doble ingreso que consumen más tecnología y cultura que otras familias.
Singles y OP (One parent)
Solteros independientes y divorciados con hijos, personas sin pareja estable, vive en ciudades grandes y tiene estudios superiores.
BoBos (Bourgeois & Bohemian)
Personas maduras, burgueses y bohemios, con muy alto poder adquisitivo, consumen productos muy exclusivos o de lujo. Han triunfado profesionalmente pero presumen de un espíritu insumiso
Geeks o tekkies (Tecnoadictos)
Hombres que les encanta compartir información con todo tipo de trucos relacionados con la tecnología.

Según la ABC de Francia los precursores o líderes de este movimiento son principalmente de la generación 65 en adelante, también llamados como la "Generación X", a menudo considerados como la generación sacrificada porque son los primeros en haber sufrido los divorcios, las familias monoparentales o recompuestas, y en haber sido entregados a sí mismos porque sus padres trabajaban la mayor parte del tiempo. Se alimentaron con la violencia en televisión y en la calle, el sida, las crisis del empleo, la decadencia de los valores tradicionales, y la amenaza creciente del terrorismo y de las guerras de religión.

Los kidults, nuevo término catalogado para las personas de una nueva generación de hombres y mujeres de entre 25 y 40 años, muchas veces con vida en pareja y hasta hijos, pero que cuidan y miman a su niño interno, consumiendo productos dirigidos a los adolescentes. Asimismo, sus ratos libres los aprovechan para realizar actividades ligadas con la aventura y diversión.

Este grupo de personas fue bautizado bajo el nombre de kidults (niño-adulto) en 2003, cuando la firma Nielsen descubrió en un estudio sobre las audiencias de televisión que había más personas de entre 18 y 39 años viendo la cadena Cartoon Network que estar viendo CNN. Poco tiempo después surgió una empresa italiana de juguetes para mayores que registró la marca y The New York Times acuñó el término adultescentes.

El sentido que los sociólogos le dan a este tipo de comportamiento es que son personas "sin límite de edad". A algunos de los adultescentes se les identifica con el complejo Peter Pan, el cual consiste en resistirse a la etapa adulta y las responsabilidades que esto conlleva.

Aunque el poner en práctica estas actividades tienen un costo que es alto, por lo que quienes lo llevan a cabo tienen que se r personas independientes económicamente o contar con una solvencia prudente. Según el levantamiento de precios realizada por la Procuraduría en la Ciudad de México sobre los productos demandados por este grupo, se encontró lo siguiente:

iPod
Reproductor de música digital con pantalla a color y disco duro. Precios entre mil 200 y 4 mil 300 pesos.
PDA
Computadora de mano que permite ver películas, crear documentos, navegar por Internet, jugar, etc. Precios entre 4 mil 300 y 10 mil 500 pesos.
Consola de videojuegos
Dispositivo tecnológico que permite por medio de la conexión a una pantalla interactuar con distintos tipos de juegos. Precios entre 3 mil 400 y 9 mil 900 pesos.
Videojuego
Para consola Nintendo. Entre 599 y 799 pesos
Futbolito.
Entre mil 799 pesos y 6 mil 799 pesos.
Estuches
Para dispositivos MP3. Entre 339 y 780 pesos
Mochilas
Expandible con compartimentos. Entre 859 y mil 459 pesos.
Cámara digital
De 6 mega píxeles. Entre 2 mil 999 y 7 mil 999 pesos.
Celulares de última generación
Teléfono portátil con cámara fotográfica, reproducción de video, descargas de música MP3, mensajes multimedia, etc. Precios entre 2 mil 500 y 9 mil 900 pesos.


Este estilo de vida se ha dado principalmente dentro de la grandes cuidades, en donde impera el stress, la rutina y sobre todo un rápido ritmo de vida; factores que llevan a las personas a perder la esencia de la etapa en la que viven, mientras que buscan la forma de encontrar herramientas para enfrentarse al mundo.

Estos datos dan a las empresas mexicanas grandes tips para ponerlos en práctica a la hora de elegir su mercado meta y elegir los medios correctos para alcanzar sus objetivos de ventas.
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nueva generacion y

universitarios de hoy son más egocéntricos que los de generaciones anteriores, algo agravado por las nuevas tecnologías, como internet, que potencian que los usuarios se miren al ombligo, según un estudio de la Universidad de San Diego.
El estudio, difundido esta semana, empleó un índice llamado Inventario de la Personalidad Narcisista para medir las reacciones de los participantes ante frases como estas: "El mundo sería un lugar mejor si yo lo gobernase", "creo que soy una persona especial" o "me gusta ser el centro de atención".
Titulada "Los egos se inflan con el tiempo", la investigación pone de manifiesto que los estudiantes universitarios de la "generación del milenio" o "generación Y", aquellos nacidos después de 1982, son más narcisistas que sus predecesores.
El trabajo, elaborado a partir de las respuestas de cerca de 16.500 estudiantes de universidad que rellenaron cuestionarios sobre el mencionado índice entre 1982 y hasta 2006, concluye que casi dos terceras partes de los jóvenes de hoy son más narcisistas que los de generaciones anteriores.
"La sociedad se está haciendo más y más individualista", señaló a Efe Keith Campbell, profesor de psicología de la Universidad de Georgia y coautor de la investigación. "Esto me produce mucha tristeza", señaló Jean Twenge, profesora de la Universidad de San Diego en California y directora del estudio. "Me preocupa que estemos creando una sociedad en la que la gente va a tratarse malamente, en la calle o en sus relaciones personales", agregó.
Twenge es autora del libro "Generación Yo" (en la dirección www.generationme.org) subtitulado "Por qué los jóvenes estadounidenses son hoy más seguros de sí mismos, enérgicos e infelices que nunca".
Twenge cree que la política de autobombo que se implantó unos veinte años atrás en las escuelas estadounidenses podría explicar en parte esta ola de narcisismo. Las nuevas tecnologías podrían estar alimentando el egocentrismo.
La generación Y está obsesionada con páginas de internet como MySpace, el sitio de redes sociales, o YouTube, para compartir vídeos, que "permiten autopromocionarse muy por encima de lo que nunca permitieron los medios tradicionales", indica el estudio.
El exagerado materialismo de la sociedad estadounidense, la educación ultrapermisiva que recibieron estos jóvenes, la fascinación por los famosos y por el género televisivo de los "reality shows" son otros factores que podrían explicar la tendencia.
Los investigadores señalan que este creciente egocentrismo es peligroso ya que se traduce en, entre otras cosas, un menor interés en formar relaciones íntimas, en ayudar a los demás o más agresividad cuando los sujetos se ven agredidos o insultados.
Twenge ve con escepticismo las opiniones de algunos expertos que creen que esta generación es más cívica y está más interesada en el voluntariado. Esto, apunta Twenge en su página de internet (http://genme.livejournal.com), no tiene nada que ver con el altruismo: el trabajo no remunerado es obligatorio en muchos institutos y, por otra parte, muchos jóvenes se ven presionados a mencionar tareas de voluntariado en las solicitudes para ingresar en la universidad, un componente más de su currículum.
"La ´Generación Yo´ es la primera que cree que todo el mundo debería tener un alto nivel de autoestima", señala Twenge en el libro, publicado la primavera pasada. Se trata de una generación que creció con frases como "puedes ser cualquier cosa que te propongas"; "Cree en ti mismo"; "Nunca abandones tus sueños", y que se educó para pensar primero en uno mismo, dice la autora.
Sin embargo, apunta, el contraste entre el mundo real y el mensaje de que cualquier cosa es posible está creando grandes niveles de depresión y ansiedad.
Fuente: Theslogan Magazine / Agencias