martes, 26 de mayo de 2009

incertidumbre yuppie


La incertidumbre ‘yuppie’


Los carros lujosos fueron reemplazados por las inversiones en estudio y tecnología

Minutos antes de las 8:00 a.m. Fabián* se da el último vistazo en el espejo de su casa antes de salir a trabajar. Viste una camisa azul o blanca, algunas veces rosada, pero nunca negra. Acaricia el cuello de su blusa y lo desarruga. Luego se ajusta la corbata que, preferiblemente, es de figuras y colores llamativos. Se palpa los bolsillos para cerciorarse de que lleva consigo el Blackberry y el iPod, infaltables los dos. Sale en su carro hacia la oficina. Llega a las 8:30 a.m., reúne a todos los corredores que trabajan con él en un pequeño salón y les expone cómo amaneció el dólar y qué porcentajes subieron las bolsas de las principales capitales del mundo.
Fabián tiene 30 años y hace siete trabaja en una compañía de corredores de bolsa. Es un yuppie, como dirían los neoyorquinos de los años ochenta que se inventaron el término para referirse a los Young Urban Professionals, “jóvenes profesionales en ascenso”. Es un yuppie de la nueva generación, como ellos mismos suelen decir para diferenciarse de los corredores de veinte años atrás que eran sólo carros, mujeres y whisky.
¿Cómo vestirse?
El 20% de su salario en un año está destinado a comprar trajes elegantes, cuenta Fabián sin ningún dejo de vanidad. “La ropa es una inversión importante, porque uno está expuesto a sus clientes. Yo, cuando viajo al exterior, compro vestidos costosos porque sé que es una inversión a largo plazo”. También son importantes las corbatas, explica él, quien además las tiene como un objeto de colección. Una de las más valiosas que hay en su clóset es una Salvatore Ferragamo que compró en algún viaje por US$150.
Betto Hurtado, asesor de imagen de políticos como la ex senadora Claudia Blum, dice que los yuppies —los clásicos y los de la nueva generación—, “siempre van a estar dos pasos más adelante que cualquier ejecutivo en todo lo que tenga que ver con lujos y moda”. Y por estos días, asegura, los colores que están marcando la tendencia en las camisas son los azules, los morados y los grises. Algunos yuppies más arriesgados usan zapatos de charol, sandalias masculinas tipo romano, botines puntiagudos y pantalones botatubo


Las mujeres están vistiendo faldas vaporosas sobre la rodilla, estilo Coco Chanel. Camila*, corredora de 23 años, prefiere utilizar sólo pantalones y paga por ellos, en promedio, unos US$70 a través de internet. Casi toda su ropa la compra en tiendas online.
¿En qué invertir?
En una compañía cercana a la de Fabián y Camila —ubicada también en la Avenida Chile, el corazón financiero del país— trabaja Carlos*: 27 años y cinco de experiencia como corredor. Él también prefiere el azul y el blanco para las camisas. Su dinero lo invierte básicamente en tres cosas: estudio, buena comida y tecnología. Su última adquisición fue un reloj que mide la temperatura, la presión atmosférica, la velocidad vertical y el ritmo cardíaco. “En eso no me duele gastarme la plata. Ni en un iPod, ni en un Play Station, ni en un reproductor para el carro. En cambio no soy de los que se muere por tener un Mercedes o un Audi. Una cosa es darse lujos y otra querer mostrarse. Eso es lo que odio del yuppie del pasado, que no es una persona sincera, que sólo quiere mantener una imagen”.
La crisis económica mundial, que también se ha sentido en Colombia, quizás ha sido una razón para moldear el perfil de los jóvenes corredores. Ya no se ve el derroche y las excentricidades de unos años atrás. La nueva generación es consciente de que se avecinan tiempos más difíciles, tiempos que distan de los carros, las mujeres y el whisky de los yuppies de antaño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario