martes, 26 de mayo de 2009

nuevas tendencias del consumismo

Son los nacidos entre 1980 y el año 2000. Niños, adolescentes y jóvenes de la generación de Internet, incomprendidos no sólo por sus padres, sino por empresas que no acaban de dar con la fórmula para conquistar a estos nuevos líderes del mercado.

Los llamados “milennials” constituyen la gran esperanza de las compañías de consumo para sortear la crisis y afianzar un nuevo segmento a largo plazo. Sin embargo, su comportamiento, su cultura de grupo, sus hábitos de compra, sus actitudes y sus estilos de vida tienen algo despistados a los expertos en marketing, que no acaban de abrir un acceso directo a este valioso mercado.
Hijos de los “baby boomers” o de padres precoces de la “generación X”, los “milennials” poseen una característica absolutamente novedosa, que los hace distintos a cualquier otra generación: son clientes desde la más tierna infancia. Según diversos estudios, entre los cuatro y los doce años, estos niños han generado compras por valor de entre 10.000 y 30.000 dólares al año. Sin embargo, su poder consumista no se limita a su capacidad de gasto como individuo: influencia los hábitos de compra de la unidad familiar desde que tiene uso de razón. Lo que estos tiernos infantes y adolescentes señalan con el dedo en los radiales del hipermercado se transforma en axioma de consumo en numerosos hogares.Los “milennials” han vivido sobreexpuestos al marketing tradicional. Algunas fuentes llegan a cifrar en 40.000 los impactos publicitarios que han recibido estos jóvenes clientes en cada año de su corta vida. ¿Animales “marketinianos” moldeados por los anuncios? Más bien, todo lo contrario. Esta generación ha sufrido el bombardeo sin tregua de lo que suelo llamar “mal marketing”, por lo que su actitud respecto a determinadas marcas, y estrategias de comunicación es de recelo, cuando no de claro rechazo. Estas víctimas del acoso publicitario se han transformado, además, en el ejemplo más claro de lo que supone “criar cuervos”: se trata de una generación de consumidores especialmente promiscua y desleal. La actual sobreabundancia de marcas, productos y servicios, unida al poder de conocimiento, interacción y decisión que les brinda Internet ha transformado a los “milennials” en clientes exigentes e infieles. No significa que no sean “marquistas”, pues lo son, pero cambian fácilmente de icono.Junto a su elevado nivel de conocimientos tecnológicos y su peculiar perfil de comprador moldeado por la Red, estos niños y jóvenes destacan por su fuerte espíritu de grupo, su visión global del mundo y de la realidad, así como por su peculiar mundo de anhelos interiores, labrado a golpe de videojuegos y toda una cultura del audiovisual on y offline. De ahí que sean numerosas las marcas que están tratando de hacer incursiones en su mundo –foros, blogs, redes sociales, juegos en red…-, casi siempre con resultados bastante discretos, pues los “milennials” saben distinguir con increíble precisión qué lenguaje se les está hablando y con qué objeto. Son, pues, expertos en cazar a aquellas marcas que no sean realmente “cool” e innovadoras, sino que vayan de ello para atraparles, sabedores de que son una “pieza” aún no cazada por muchas enseñas.Grandes fans de la compra como experiencia, suelen premiar a aquellas compañías que saben ofrecer sensaciones diferentes, a ser posible diseñadas para ser disfrutadas en grupo, siempre que sean auténticas. Valoran a quienes se acerquen a ellos con propuestas sinceras, porque son una generación sin miedo a emprender. Internet les ha demostrado que es el terreno perfecto para iniciar aventuras empresariales sin correr grandes riesgos y con posibilidades de éxito; ha impulsado la cooperación y ha enseñado que las buenas ideas corren como la pólvora y generan dinero. De ahí que casi un 50% de los “milennials”, según encuestas recientes, declaren su vocación emprendedora y autónoma, se lancen a la aventura empresarial sin miedo, y se transformen en lo que la revista Vanity Fair ya denomina “enfantpreneurs”.

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